Un enfrentamiento entre el Ademar y el Granollers se ha convertido desde hace tiempo en todo un clásico.Siempre es un espectáculo y es sinónimo de partidos igualados, incluso que acaban de empate, pero está vez no fue así.
El equipo vallesano se alzó con una victoria justa, que incluso pudo haber sido más abultada. Urdangarín lideró a sus compañeros (su padre se encontraba en la grada) mientras el Ademar se hundía debido a la ineficacia de su defensa.
El ADN marista encabezado por los hermanos Pérez Arce contagió al resto de los jugadores locales para intentar llegar a una remontada que nunca se hizo realidad.